¿Alguien se acuerda de las quinielas de los Grammys organizadas por Guajardo? Se volvieron tradición, sin mencionar la muy probablemente mejor entrada económica en el año para el interesado. Que yo recuerde jamás le atiné a ninguna, y no sería por falta de puntería, es que por lo visto mis gustos y los de los que votan no tenían nada que ver. A ver, yo le habría dado 18 a Caifanes, 14 a Sting y 12 a Soda Stereo (tengo unos pocos de problemas, diría mi hermanita...). Ahora es que ya ni los veo... los premios, quiero decir.
Pues nada, que si me tocara irme a una isla desierta, oh, sí, esa manida pregunta de entrevista de Playboy en los ochentas, o de sobremesa cuando el ambiente empieza a decaer, incluso de Güajardo si se sentía inspirado, iniciaría la cuenta así, sin ningún orden en especial más que el que dicta mi calenturienta memoria:
Los discos de vinilo sonaban a gloria, comparados con los que suenan hoy ¿a que sí? Y si encima podías comprarlos importados, pues todavía mejor. No, no los de Estelita Nuñez o la Rondalla de Saltillo, ni los de Juan Gabriel. Los que venían en otro idioma, pues. Surgieron tiendas como Hip70, allá en la Zona Rosa, donde por el módico precio del doble de uno nacional, te hacías con prácticamente el que quisieras... con portada doble, por las patas de mi cama, y sobre interno de papel con las letras, y créditos, y fotos.
Ahora, favor de imaginarse a mi hermanito trabajando en una de esas tiendas. ¡SÍ! Aunque mi inglés era bastante básico, y bastante basto debo decir, en casa se oían los álbumes completos y muchas veces los que no eran sencillos para la radio tenían muchísimo más impacto en los hermanos Romo que las que tocaban La Pantera o Radio Éxitos. Razón por la que este disco se volvió un indispensable, escuchable de principio a fin una y otra vez, porque cada vez que suena me lleva de la mano a esa escapada a Acapulco con 16 añitos, a la Zona Rosa y el inglés y Jesús, al hermanito que quería ser músico, al hermanote que nos llevaba por otros ritmos, a la 'Menuda' hermanita y al personal que nos rodeaba... es el 'Madman across the water', de Sir Elton John (que no, no lo era cuando lo hizo, claro)
Sigo.
A ver, que no tiene nada de raro. Los ochentas son una época referente para servidora ¿tengo que repetirlo? Bueno, sí. Cuando salió este disco la MTV iniciaba su hasta hace un rato magnífica andadura -serán los años, pero míos y no del canal, es que ahora me parece un bodrio impresentable, saturado de programas donde las chicas o parecen estúpidas o de plano lo son, y lo mismo ellos, ya entrados en gastos, pero de videoclips lo mínimo-; en aquel entonces yo bailaba por todas las pistas de antros rockanroleros -ah, cómo sonaba el Satélite Rocks, brillante, o el LUCC, ya no tanto-, pasillos del supermercado, la cocina y sentada al volante... Eran tiempos de mini-minifaldas -o cinturones anchiiiisimos-, de hombreras saca-ojos, de toneladas de gel en el cabello. Como cada quien fantasea como sabe y puede, mucho no tendría que explicar cómo este disco me inspiró historias. Ellos ni eran tan guapos, ni siquiera tan carismáticos; pero voto a Zeus que eran talentosos los condenados: es el 'Seeds of love', de Tears for Fears
Más. Otro y ya.
Tenía yo tiernitos 13 años cuando apareció en mi vida. ¡Grande!, primero porque estaba ocupando toda la portada en blanco y negro con esos ojos mielosos y melosos mirando fijamente, su largo pelo perfecta -y esponjosamente peinado (qué Photoshop ni qué narices) y su nombre al lado de 'Greatest Hits', señal inequívoca de que para cuando le conocí, ya llevaba un rato de carrera... y es que me ha pasado otras veces, reconozco, como con los Dobbie Brothers, que también hasta su grandes éxitos vine a saber quiénes eran. Pues eso, que entró directo a mi santoral, a un muy especial lugar de honor.
Y su voz ¡esa voz! Profunda y potente. Canciones de amor, mayormente (¿qué esperaban?); con historia, supongo, porque yo no me enteraba absolutamente de nada, al menos al principio; sin tiempo porque, contando el día de hoy, me han acompañado mientras discutía con Paul, me alejaba de la Guajo, me ligaba al Gingi y suspiraba como una idiota cuadrada por aquél espécimen del CCH que no valía ni la cáscara pisada de un cacahuate totalmente lleno de hongos y pasado por agua del canal de los Remedios en pleno verano. Total: que el hombre más guapo del mundo ha ido a mi lado, avanzando desde los vinilos que llegaban a sonar como grabados en medio de un aguacero, a los cassettes en aquel Walkman Sports amarillo de Sony, hasta a los Cds que siguen aquí a mi lado. Eeste disco, en especial, lo comparto con mi apá, que es de los más favoritos que tenemos (¿ya saben de 'la necia' ¿no? Por eso lo de los aguaceros...). El 'Serenade', de Neil Diamond. (elegido de momento en este apartado, de entre los más o menos 26 que conozco al dedillo. Sentencia: vendrán más, sorry)
Bueno, otro. Y ya. El último de este delirio.
Cuando salió este disco, la vida ya sabía de su enorme, ENORME talento; ya le hacía justicia la Revolución, pues. Y resulta que entraba en el lote la posibilidad de grabar 'jueras', producidos por alguien tan cercano a su corazón musical que hasta se le erizaba el vello de pensarlo. Pero no pudo Mr Rudgren, o lo que sea, y aunque la opción estuvo fuerte y muy bien montada, sé aquí adentro que se quedó fuertemente con las ganas ¿y quién no? En fin, que se fueron a Chicago, y tras eternas semanas, el resultado final fue el que todos los que ya se habían rendido a sus anteriores aventuras esperaban. Dándole vida a la vida. Y vuelo a la hilacha. Mi hermanito me hacía parte integral de ese plan. Había hielo en el lago, calefacción en el apartamento ¡conocí y me hice adicta de Mario Bros! Todos fueron tan gentiles conmigo...
Por todas las aventuras que se generaron; los sueños que se cristalizaron, pero también se volvieron cien mil pedazos después; los significados materiales, que los hubo y bien buenos. Porque si ya había fama, giras, gentíos en Plaza Satélite que hacían a los de seguridad sacarnos por las puertas traseras, o comidas en 10 tiempos mientras firmaba autógrafos, lo verdadero, lo verdaderamente importante, era que nada había cambiado, mira por dónde, las aguas seguían en su mismito cauce. Fueron tiempos de vacas gordas, de billetes de lotería detrás de cada esquina...
¿Y por qué éste y no cualquiera de los dos anteriores? Ah, es que hay trampa... ya se verá más adelante, of course. En esta mi primera lista, sencillamente salió el primero.
'El Silencio', de Caifanes
Y ahora sí ya por hoy. Luego más.
jueves, 27 de enero de 2011
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HIJOLE!!!!!!!!!!!!! las quinielas de Guajardo...
ResponderEliminarOMG. ya se me andaban olvidando.