domingo, 30 de mayo de 2010

El gustado segundo programa de Lula-Radio Patito

Lula-radio patito, la única, la no-hay otra, la de aquí-sólo-mis-chicharrones-truenan, inicia otro envío de rolas sin ton ni son, exclusivamente para el deleite de los que no tengan otra cosa que hacer y se quieran enterar de lo que aquí se diga o se intuya. Transmitiendo nuevamente desde el sofá negro de mi sala, patrocinada a-wilson por YouTube y quien se deje y se pueda...

Así las cosas, amigos y vecinos, cerramos los ojos y gjw oiyurs lk dop kdlfjow j dkjglsa KKDSÑP

uy, mejor no los cerramos...

Decía: abrimos más la mente y nos trasladamos (con los ojos abiertos, si hay video que ver) para arrancar con la gustadísima y requete encantadora sección de rolas dedicadas a ti y a ti y a ti. Hoy, mis queridos, bajo la atenta y amable supervisión de mi insuperable charro que no se puede creer que me ponga yo a hurgar en el baúl de los recuerdos y no estornude por las telarañas, pérenme que respiro ante la falta de comas, inicio la andadura y le dedico esta canción a esa amiguita con quien la escuchaba en vinilo una y otra vez. Eran buenos tiempos, hablábamos con una ilusión loca del futuro. ¿Se acordará ella que empezó a trabajar un día en un banco, y en menos de una semana las cuentas ya no le cuadraban? ¡Qué susto pasamos, qué risa después! Es para Brenda, recién allegada a mi agenda después de haber estado extraviada de mi vida mucho, mucho tiempo:
http://www.youtube.com/watch?v=te1CVVlaJzA

Vamos ahora más para atrás. Un poquito. Bueno, bastante en realidad. Esta canción es para mi hermanito, porque la oíamos en la radio negra pequeñita en el baño de Lindavista. Porque aparte de ésta, sólo un par más hubo por la radio y nada más, una pena. Sinceramente, es una de las más grandes voces, personalmente la prefiero muy mucho a la de James Brown, por decir alguno ¡y Youtube la patrocina en vivo y en estudio, qué lujo!:
Bailemos, carnal.
http://www.youtube.com/watch?v=k1odvp-_bhk
http://www.youtube.com/watch?v=jvB3xKsiyvA&feature=related

En esa casa, que fue derrumbada quién sabe cuándo y ocupada hoy por una lujosa concesionaria, ahí viví una época de lo más movidita, laboral y personalmente. Viví el poder, sentí algo de poder, y también fui brutalmente aplastada por él. Pero también colaboré con gente alucinante, que me hacía las jornadas divertidas, y que además me permitieron disfrutar del cariño familiar. Este es un recuerdo especial para Samy, que además tuvo el detallazo de regalarme el cassette de este álbum ¡y que todavía lo tengo! Se la dedico porque siempre me la recuerda (este, la rola):
http://www.youtube.com/watch?v=epOBenUjIHw

Allá en el pleistoceno, cuando íbamos a la primaria, nuestra principal diversión era estar fuera de casa con los amigos, jugando Stop, escondidillas, voleyball, carreras, con la bici. Sí que teníamos tiempo y ganas para la televisión, pero en realidad no era tanto, y por eso cuando teníamos un favorito no había fuerza humana o divina que nos hiciera perder un capítulo. Y eso pasaba con este programa. Por eso se la dedico a Mago, que era una verdadera fan y contagiaba ese entusiasmo, mira que éramos unas enanas, pero ya bien devotas... y no sé si era por envidia a Bety o a Verónica ¡yo desde luego al bailecito!:
http://www.youtube.com/watch?v=mGL4btEIoTo

Aquí en los madriles tengo a mi muy favorita querida amiga, y ella es incondicional del Tigre de Gales, a ver ¿quién no? ¿ah, no? Bueno, pues peor para sus mercedes. ¡Es un rey, en toda la extensión de la palabra! Y por eso le dedico a esta criatura la rola que bailamos en su sala a cualquier hora, y que cantamos llorando como tontas mientras le veíamos en el Palacio de los Deportes, me temo que hace ya diez largos años:
http://www.youtube.com/watch?v=6KUJE2xs-RE

¡Hermanote, dos para ti! Una cortita y una más larga. La cortita la comparto fuertemente contigo -era parte de mis enfierecidos sueños de chamaca, y la otra porque por ti les conocí... ¿Cómo se llamaba ese disco con los tres en la portada, dibujados? Muy bueno ¿no?:
http://www.youtube.com/watch?v=rX0vOYwHj30

Esto viene del primer vinilo importado que compré en mi vida... y no era para mí, ya ven. Se la compré al charro del momento, porque me hacía una ilusión loca dárselo para su cumple, y eso no opacaba el hecho de que me gastaba nada menos que una quincena de mi sueldo (o que ganaba una mugre, bastante seguro: pero que los discos importados costaban una lanota, también). Vamos, que se lo di, me lo agradeció como él sabía y todo muy bien. Ya cumple otra vez años mesmamente, pero su regalo será bien otro:
http://www.youtube.com/watch?v=EdpwICKlZRY

Y ya para empezar a acabar la gustada sección de hoy, y hablando de mesmamente, mi hermanito y yo poníamos el disquito en el toca-toca Coro verde mi amá, portátil él, y cantábamos encima como si de verdad nos la supiéramos. Ella nos seguía como buenamente podía, reflejando desde entonces que las cosas son así, de frente y sin miedo porque si no no sabemos si saldrán. Ella es hermana no de sangre sino de alma, y forma parte de mi vida casi desde siempre, qué barbaridad, son un chorro de años ¡Mesmamente!:
http://www.youtube.com/watch?v=Cjv9d9fALuc

Que no me puedo ir sin ponerle una especial a mi hermana carnala, que afortunadamente para mí no se olvidó de Menudo y Camilo Sesto, sino que pasó a adherirse a la causa y escuchar esas canciones que tanto me gustan, gustándole mucho a ella también. Esta se la pongo porque me hace mucha gracia como la dice, y porque en una de esas ni siquiera ha visto el video. También porque la quiero mucho, oigan:
http://www.youtube.com/watch?v=Xbt30UnzRWw


Ay, acabo de oír que se murió Dennis Hopper, qué pena. Me viene a la cabeza mi apá contestando al clásico “¿De qué se murió?” : “Pos de tan malo que se vio”. Sí, ya lo sé, es como asombrarse de que todos los niños en Suecia hablan sueco, pero a mí me partía de risa... en fin. Aprovecho y le mando su rola semanal, procedente de la Pantera Radio 590 ¿de Radio Exitos? ¿o de Radio Capital?. Versión en vivo, gracias por preguntar.
http://www.youtube.com/watch?v=61U90Pqo-rU


Este es un homenaje al primer y único piñatazo que he recibido en mi vida, en una bonita fiesta nacional y en compañía de otro hermano de corazón. Un súper antro! Lejísimos, allá por la hermana república de ¿Ecatepec, creo? Sepa, pero me la he pasado de gloria, era todo demasiado nuevo para mí ¡pero me encantó! Y Mi amigo, Mi querido gordo, me regaló una noche loca, donde el colofón lo puso la piñata que, salida de ni se sabe donde, voló por los aires y me zampó un estruendoso pero nada peligroso trompazo en plena choya. Le dedico la canción más a propósito, porque la tocaban una y otra vez, como no:
http://www.youtube.com/watch?v=hy-huQAMPQA

Y ya. Más dedicatorías más adelante. Ahora llega el turno de la esperadísima sección “Pongo lo que me gusta y qué y qué”, o algo así, mira que lo importante es que la ubiquen y no que se acuerden del nombre, que eso ni yo. Hoy son poquitas, que no quiero agobiar al personal (es decir a mí misma). Primero, una diva, directa de Canadá y en primera clase, básicamente por los problemas que le traería viajar en turista, son, cómo dijéramos, grandes dimensiones con voz acorde:
http://www.youtube.com/watch?v=PJDrLVAjgd8

Ahora una rola migajona, qué creían. A estas alturas de la película, cuando pocas son las cosas almibaradas en la vida, hay que aprovecharlo, aunque el taco de ojo sea tan escaso para servidora. Hubieron sus muchos suspiros por John Taylor, pero que conste en actas que no era por desesperación.
http://www.youtube.com/watch?v=dDLiVwpv89s

Pego un brinco y llego sin pensar a... a... hace poco. Grupos como este tengo muchos en la discoteca mental: me encantan una o dos canciones, me gustan otras más, y el caso es que no controlo mucho, mea culpa, ni su historia ni su discografía. Esta, por ejemplo, habitará perennemente en mi toca toca:
http://www.youtube.com/watch?v=ic-Na--7_NI

Esta canción la bailaba en la sala de mi casa mientras Aquel hacía como que no me veía. Y como el aftershow no es apto para castos oídos, me limitaré a informar, además, que sigo sin encontrar una versión en vivo que valga la pena vocalmente ¡todas son horrorosas!, aún con Bobby Kimball. Y mención aparte es el hecho de que nunca los vi en concierto, buaa....
http://www.youtube.com/watch?v=aCca5mPMp9A

Y ésta, para terminar la jornada, está como dedicada y no. Se la dedico mentalmente a la Urtu porque se llama como ella y aunque no tenemos nada en común, pues me la recuerda ¡larga vida a su hermosa voz de mi amiguita!
http://www.youtube.com/watch?v=E3JgcnAswXE

Me voy. La próxima será ya más o menos ya saben cuándo, mis queridos. El verano parece que al fin llega, el calor empieza a ser seco y atolondrante, y mañana me espera una mañanita movida. Lula-Radio patito manda cámaras y micrófonos a la cama, donde se llevará a cabo una Cumbre entre el Rey Morfeo y servidora que durará, si Suso lo permite, unas 8 buenas horas.

martes, 25 de mayo de 2010

Aquí y allá. Estaciones robadas y cosas del diario.

Primero, pido paciencia. Es difícil expresar en pocas palabras las experiencias tan, pero tan diferentes que se pueden vivir a tan ¿sólo? 5 mil kilómetros de mi siempre amada capital más poblada del mundo. Luego pido clemencia: es que cuando me arranco, ya me cuesta poco más de un ovario y dos mechones de pelo parar.

Los cambios bruscos de temperatura me provocan molestias, a ver: a veces me duele la cabeza, o me cae gordísimo el mundo, o simplemente me irrita la luz. Acostumbrada como estaba a pasar medio año de mi vida con calor en la mañana y lluvia por la tarde con el consiguiente fresquito, y el otro resto con menos calor, a veces algo de frío ¡pero sin lluvia casi! Bueno, no me parecía lo más cercano a un oasis hasta que tuve la oportunidad de comparar. Y mira por dónde, con el viejo mundo. A lo largo de muchos años, allá cuando acababa de aterrizar, España me parecía dividida en las provincias donde el agua no llegaba ni bailando danzas indias o sacando a los santitos en procesión, y sitios donde el verde de sus campos -y de sus billetes, los de antes- mostraban la bonanza de ser áreas donde la lluvia más bien dejaba un hueco para que saliera el sol. Nunca he entendido qué andaban haciendo por allá arriba los que luego fueron gallegos, por ejemplo. Si te fijas en la sección del tiempo de los telediarios -secciones, por cierto, que pueden ser líderes de audiencia en este país-, resulta que por allá muy al norte las lluvias duran más, caen más y son seguidas o acompañadas generalmente por nieve, chingos de nieve que, por dar un ejemplo en este año, han seguido cayendo ¡ya entrado mayo! O sea, ganas de sufrir, digo yo, porque si tienes que rogarle al altísimo que te mande unos días de sol para siquiera poder tender la ropa afuera, pues mal lo llevas.

Otras son provincias como Extremadura, al oeste, más secas que gaznate de Clinton durante su impeachment y donde la lluvia, bien católica ella, llegaba como de milagro. Ahí los veranos no son cálidos, son abrasadores, y los inviernos te calan hasta lo más profundo de los huesos. Por el estilo andaba Andalucía, al sur, que no les llovía ni yendo a bailar a Chalma y este último invierno, justamente, están ya tan pasados por agua que ya no saben si reír, llorar o rezar -ja, mentira, de cualquier manera rezarían. En Madrid sabías que a partir de primeros de octubre a taparse por el frío, y a partir de la segunda quincena de junio a destaparte; el caso es que el común denominador es, me parece, que ya no se aprecia tanto como antes la existencia de la primavera y el otoño. Si antes eran 30 días o así, hoy ya se pasa directamente de andar con abrigo y bufanda a sacar las chanclas y ponerse morada de helados; la conclusión es que aquí se han robado las estaciones, y como nos sigamos despistando, ya pronto nos sentiremos o viviendo en medio de un glaciar o viviendo en pleno Sahara (pronúnciese Sájara en por acá) ¡que está aquí abajito, oye!

Gracias a la santa patrona de las rebajas pre-temporada, una se puede mercar trapitos simples y sin complicaciones para pasar el verano... porque el calor es seco, así que se aparcan los pantalones de algo más que finísima tela, y todas las ventanas de las casas se abren de noche, que se cerrarán al día siguiente, tempranito en la mañana, para que la casa se quede lo más fresquita posible, bajando al completo las persianas y de ese modo durante más o menos dos meses, dentro de casa, vives como en una cueva. Con luz encendida la mayor parte del tiempo. Si a tu patio o terraza no le da el sol de mediodía ¡albricias! Puedes organizar 'barbacoas' con los cuates, pero ojo, que aquí le llaman barbacoa al aparato donde rostizas cosas, las más de las veces -eso sí, hablando en propia experiencia- son ni más ni menos que de... pescado. Con chorizos y eso, también, pero pescado: sardinitas y demás exóticos animalitos sin patas, o con tentáculos, o babosos y de color bien sospechoso. La verdad es que pena me da reconocer que siempre que recibo invitación pregunto, y si el menú viene del mar pues nada, parada técnica en el burguer King para luego llegar y zamparme todos los aperitivos y el pan...

Muchísimos españoles tienen casa chica... eh, no de ésa, sino segunda, me explico: aquí se trabaja por 14 pagas al año (extra en vacaciones de verano y en navidad), y se trabajan 11 meses por uno de descanso, que la gran mayoría divide en 15 días para el sol y 15 para santa claus y los reyes. Así que a muchos les merece la pena pagar en paralelo otra hipoteca para tener un departamentito, departamentito recalco, donde irse a pasar esas dos semanas de verano -y el resto del tiempo alquilarlo, si listos bien que son. Así que la gente que no tiene otra casa alquila una y así se hace el círculo. Además, cuando se jubilan ¡se van a pasar temporadas enteras, mira qué rico! En julio se vacían bastante las ciudades y se llenan las playas, y en agosto... bueno, lo raro es encontrar un puesto de periódicos abierto o una buena película en la tele. Si no sales, hasta ganas te dan de meterte a los museos y no por un súbito amor a la cultura y el arte, sino porque el aire acondicionado es maravilloso.

Las playas son topless, osease que con igual alegría se pueden ver a criaturas espectaculares, jóvenes y bien hechas... y a sus abuelitas, ambas enseñando la repisa. El show de los chicos es tan variado como divertido, porque los auténticos papacitos no se ven por ahí exhibiendo musculatura o torso de lavadero, y son en general tan babosos, tan, tan babosos, que realmente el taco de ojo ni vale tanto la pena. Supongo que los socorristas se salvan, porque además están ahí para que los veas ¿no? Y bueno, como en mi piscina municipal también lo tengo, pues ahí es que me doy el gustito de admirarlo.

¿Que si yo he hecho topless? Pues... no. Me temo que a pesar de lo que hay, me da vergüencita... Y este año, con esta crisis, dudo mucho que haya paseo por la playa. Mis cuñadísimos tienen un mini mini departamento en una playa de Valencia, pero está tan abarrotada de edificios de apartamentos que en verano tienes que caminar con silbato, avisando que ahí vas o esperando que nadie por favor te pise el cuerpo en su andadura hacia el mar. Y eso no me gusta mucho, ya veremos. Si pasa, cumplida cuenta daré de la experiencia. Además, algo me meto al mar, pero nada más algo. Perdón por tenerle más respeto y tirria que ganas... mi alocada cabeza se monta historias de barcos hundidos, pececitos cagando y muriendo, ¡humanos! Que no, que no, que aunque sigo defendiendo la teoría de que aunque el agua sea de uso tópico, el mar está ahí para navegarlo, para mirarlo, para oírlo y remojarse los pies. Que cada quien tiene sus fobias bien montadas.

Así que seguramente habrá que buscar algo qué hacer... aparte de trabajo. Vivir metida en casa en semi penumbra, con un aparato de aire fresco casi cargado en la espalda no suena a plan. Me sacaré el 'carné' de la piscina (si entendieron, ¿no?), que la abren el próximo sábado y acudiré todas las mañanas a nadar unos anchos -los largos nomás no son mi especialidad, ¡no llego!-; a tomar el sol y criticar al personal, incluidas las topless, qué chihuahuas. Así hasta finales de septiembre, si el clima lo permite, o hasta mi cumpleaños, si todo sale mejor. Si sale como dicen los que creen que saben, bueno, yo por si las moscas dejo colgado a mano mi abriguín... al lado de mi pareo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Emisión piloto. Música de mi ¿vida?

¡Bienvenidos a la noche de lula-Radio Patito, emisora líder en lectura monoaural (vamos, que hasta ahora sólo la ha leído-visto una), una estación más de Radio Desvaríos por la Red en pleno año 2010... que la vida sigue! Patrocinado en gran parte -aunque no quiera, o ni sepa- por el buen YouTube y Café Estrella, que ya son las 2 de la mañana...

Y si van a acompañarme, a continuación inicia nuestra gustada y multitudinariamente escuchada por mí, sección “Esta la pongo porque me gusta”, donde se mezclan sin ton si son décadas, estilos y ritmos, con la única intención de... pues de nada, en realidad. Iniciemos el periplo, pues, tomando en cuenta que no tengo la menor idea de si al dar click se aparecerá la canción, vamos, que si no, pues copiar y pegar, por las patas de mi cama. Va con bailecito de robot estreñido, al más puro estilo byrnesco de hace poquito menos de 20 años:
http://www.youtube.com/watch?v=YgSVTdAtNYE

Un regalo de los más bonitos, su disco -todavía en vinilo, sí-. Leí que lo grabó en el garage de su casa y así se trasladó a producción, un símbolo de lo que es volver de la oscuridad ¿o no?:
http://www.youtube.com/watch?v=anCg5EiB2AM

Hum, la divina, sólo hay que escucharla y olvidarse que Demi Moore la bailó en esa malísima ¡malísima! película que hizo en los noventas. Acostúmbrense, que mucho nos visitará esta dama:
http://www.youtube.com/watch?v=sAlfrJ-9uj4&feature=related

… y negra y tenebrosa al que no le guste ésta, escrita por Bruce Hornsby y que luego se la regaló a su buen amigo, que la incluyó en el álbum “Fore!”:
http://www.youtube.com/watch?v=Z02LHM1kROM

Año 1972, primer lugar del Billboard... ¿sabían que cuando este cantante tuvo lana contrató a un músico jamaiquino al que no le iba muy bien, para que le escribiera algunas letras? Sí, al mismísimo Bob Marley:
http://www.youtube.com/watch?v=NkwJ-g0iJ6w

A ver, una joya de esas que sólo aparecen una vez... será porque el grupo sólo hizo eso, una pena. Pero que servidora puede oír hasta el cansancio ¡larga vida al new wave!:
http://www.youtube.com/watch?v=7hqgC3W9GUI

Sí, sí, una rolita melcochosa más, porfis!!! Es que trae pero tantos, tantos recuerdos... y a ver a quién más le remueve las ideas ¿se acuerdan de este grupo?:
http://www.youtube.com/watch?v=ErwYPFpUag4

Pausa comercial, tengan la bondad, tres y le seguimos:
Maldito sea Marcial Maciel, pero no la madre que lo parió, que igual ni sabía la clase de monstruo que trajo al mundo. ¡No seas sacerdote, mejor estudia para locutor de noticias, te quedas tan descerebrado que ni se ocurre pensar nada! Informes en Televisa y Televisión Azteca.
¿Por qué ya no compra Jabón Zote, señora? ¡Si es re bueno y tiene los mismos ingredientes que el más caro! En España, el equivalente es el Jabón de Marsella ¡ahora bien caro y en mil diferentes presentaciones!
Próximo concierto: Paul MomiacCartney sin Wings en el Foro Sol. Precios de oro ¡ni vengan si no han vendido su alma al diablo!

Y más cosas, bueno. Este me parece que es el segundo sencillo de su primer disco, ¿o al revés volteado? La cosa es que el coro no es otra cosa más que la expresión ¡Oh, Señor! -en mi caso, de los desarrapados, oye, cada quien... ¿habrían sido las cosas distintas si el cantante hubiera aceptado estar con Chicago que no hacer su propio grupo? Sepa:
http://www.youtube.com/watch?v=XNKbHJ3PTu4

Este es uno de los ejemplos claros de un primer disco ¡glorioso! Que luego saca un segundo y ya no tiene tanto jalón, al menos en Mexicalpan de las tunas... y así hasta un total de 14. ¿Pos ónde andará? Y como no hay video de la rola que me gusta (“Across the road”), pos pongo otra y ya...
http://www.youtube.com/watch?v=dY8M8RSXem0&feature=related

En pleno apogeo del New Wave, estos ingleses superaron con mucho las expectativas... además de la increíble delgadez de Cy Curning, vocalista ¿alguien se acuerda de él 'persiguiendo' a Tina Turner?:
http://www.youtube.com/watch?v=JHYIGy1dyd8

Qué místico ni qué leches. Cachondo y sumamente sabroso, claro que sí. De lo más comercial de su carrera, de su último disco un año antes de separarse, allá en 1982, una pena. Hubo una vez en que hasta me gustaba para canción en mi boda... pero como no la hubo entonces, pues tampoco canción, chin.
http://www.youtube.com/watch?v=2zJdbpzfJMs

Pausa comercial, lo siento, tenemos que comer.

Ya. Arroz tres delicias, provecho. Y pasamos ahora a nuestra siempre gustada y jamás imitada sección “Esta se la dedico a quien me da la gana, y qué y qué”, un espacio donde, pues eso, les guste o no. Arrancamos dedicando esta bonita canción al siempre entrañable La Jesops, que allá donde está seguro que la va a tararear, sólo dos sabemos por qué.
http://www.youtube.com/watch?v=ys0cEs0iQSA

Muy bonita ella, sí. Esta que sigue es para Griss, que cómo le gustaba ver al Topo bailarla en la sala de su casa (de ella) y así la recuerdo mucho. El túnel del tiempo en acción, amigos y vecinos ¡larga vida al afro!:
http://www.youtube.com/watch?v=G_DV54ddNHE

La siguiente joya sólo puede ser apreciada por humanos como éste, el hermanote, que cayó en las garras de esta banda y ya nunca jamás se pudo escapar. Y los que le orbitábamos también nos pudimos beneficiar. Es, además, y por cortesía del casi patrocinador, uno de esos hallazgos tras buscar como una loca:
http://www.youtube.com/watch?v=iCAbdNXx2sE

Esta maravilla de canción no ha sido jamás grabada, y que yo sepa interpretada, pero existe porque se creó y se creyó en ella, y eso es lo que cuenta. En el nombre viene la dedicatoria, remontándonos -cómo no- a mediados de los ochenta, a VM que todo tiene!:
“I've got a little sharky” Los marineritos del puerto
No, ya en serio, muchas aparecen en la lista, vamos a coger una al azar, a ver si le remueve algo -y no porque la rola le gustara mucho, eh? Yo se la dedico ella sabe por qué, pero es que yo no puedo ¡ni oírla mentar! ¡qué gorda me cae!
http://www.youtube.com/watch?v=0Jy4tMySp5o

Nuestra siguiente invitada dedica su bonita canción al único e incomparable mapacín, fiel seguidor de sus rolas y capaz de escucharlas más o menos 15 veces seguidas sin cansarse (¿y los demás qué íbamos a decir?):
http://www.youtube.com/watch?v=BnwJ5KIcKX4

Y ésta que sigue, esta es para el carnalito del alma, una de las pocas ocasiones en que emisora aquí presente ha podido decirle antes que nadie quién la interpretaba ¡gol! ¡gol! Y además los vimos en vivo en Rock Stock!!!!
http://www.youtube.com/watch?v=jvHKjDKY_O8

Ya para empezar a concluir nuestra pato emisión de hoy, esta rolita que procede del disco debut de un grupo australiano y que, bueno, poco más hizo en aquella década de las hombreras inmensas y los zapatos tipo manoletina sin tacón. Pero le caló muy hondo a la bornnie, y por eso se la refrescamos hoy (la canción, es decir):
http://www.youtube.com/watch?v=OzQKECQgjW8

Pero no podemos pasar a retirarnos sin presentar una de las ¿cientos? ¿miles? De rolas que se han compartido con la integrante más pequeña del clan de donde viene la única pluriempleada de este changarro... y que por lo visto aparecerá en todas las emisiones, lo justo es justo ¡y son tantas!. Dedicada a ella nomás, aunque todos la pueden escuchar-ver si quieren.
http://www.youtube.com/watch?v=TxGGckAc1rs

Y ora sí nos vamos ya, pacientes y queridos radio-video-lectores, básicamente porque ya no son horas. Pero si siguen pendientes, continuaremos transmitiendo desde lula-radio patito rolas con recuerdo, rolas porque sí, porque han tenido la cualidad de transportarme a momentos bien exactos, algunos perfectos y otros no tanto. En la próxima edición, se dedican rolas, entre muchos, a sam, a mago, a aquél, a las viejas amistades, además de la promesa de intentar pasar un poquito más allá de los ochentas ¡que es que se nota el estancamiento! Y si da tiempo, más secciones, que el cerebro cruje de ideas...

Desconecto. Ya.

viernes, 14 de mayo de 2010

Breve desvarío sobre el teatro y ser una chica Xipal

La jugada magistral no es aquella que se planea al detalle desde la nada y que luego resulta un éxito clamoroso ¡qué va! Digo yo que está -o debiera estar, vale- científicamente comprobado que el nivel de responsabilidad en dichos sucesos es directamente proporcional a la cantidad de azar, fortuna, destino, casualidad y anexos que intervienen en/para/con el mencionado evento; algo así como que no hay nada escrito y que lo que tiene que pasar, pasará. O no. O sí. O no se sabe.

Un ejemplo sencillito: yo sólo tenía claro que quería para mi primogénita un colegio privado, cerca de casa, no muy grande y a ser posible no tan caro. Con esos objetivos en mente empecé por descartar al primero, básicamente porque aunque casi se necesitara un carrito de golf para recorrerlo y una cuenta bancaria de artista de primera o jefe de cartel para cubrir las cuotas pues nada, ni estaban tan guapas las instalaciones. Luego salí corriendo del siguiente, tras una entrevista en el patio, muy pequeño, en los bajos del edificio; vamos, que el hecho de que no recibiera casi sol no fue gran obstáculo como la humana -monja no- que me atendió, sentadas las dos bajo una placa con frases sacadas del gran libro de los pecados, y pareciendo ella algo así como la jefa editorial de tan devota empresa -la de la biblia, no de la escuela. De ahí ni los uniformes alcancé a ver, pero me los pude imaginar-. Piernas pa'qué las quiero.

El recorrido siguió varios días, mientras la fecha clave se acercaba a trompicones. Exigían que mi bodoque fuera bilingüe... que leyera, escribiera, sumara y multiplicara... además de una traducción precisa de sus notas procedentes de España, que acá funcionaban con letras y había que buscar la interpretación más abajito, además de coger paciencia para explicar, una y otra vez, que en España no leen ni escriben hasta los 7 años. A saber la cantidad de colegios que recorrí, sola y con la chamaca, a quien todo le gustaba y luego ya no tanto (fiú en muchos casos); faltando 8 días para el inicio del curso, a punto de tirar la toalla por agotamiento, nada menos que en el boliche la compañera de mesa va y me recomienda la pequeña, encantadora, no muy cara y cercana escuela donde iba su hija. Más rápido que las ganas de cambiarle a una peli de Resortes me aparecí el lunes... y me quedé pasmada de gusto. Pequeña, construida como un pequeño pueblo, con un patio sencillo, un pequeño teatro al fondo y un área más que infantil, de vivos colores... la había encontrado.

Y también las encontré a ellas. Mi hija y ellas se fascinaron mutuamente. La mía, porque esos habladitos medio gachupines y su -ya conocido y natural- desparpajo les sedujo, y ellas porque aman con sincera devoción a los niños, y a todos los consideran como suyos. Se hizo la ecuación y ahí empezó otra etapa mágica, esta vez para las dos a la vez (simultáneamente, juntos y together, diría mi apá). Nada ni remotamente parecido a mi experiencia de dos años en colegio público de Madrid. Ni a los años que yo trabajé en colegios varios, siendo la oficial Miss Lula de inglés. ¡Todo era divertido! ¡Todo tenía un fin que iba más allá de desquitar la colegiatura con tardes enteras de tareas y trabajos, y trabajos y tareas! ¡Nunca había visto juntas de padres de familia tan numerosas y tan participativas! Nunca -hasta ahora- me había sentido tan acogida y apoyada en mi situación, tan tranquila en cuanto al desarrollo académico de mi bienamada escuincla.

Y un día me encuentro un letrero en la puerta, donde solicitan actrices, sin preferencia alguna, para participar en la obra anual que con motivo del día del niño la escuela presenta, dedicada al alumnado y actuada por... las mamás. Hice el casting (vamos, que fui a la junta) con curiosidad más que todo y salí convertida, sin deberla ni temerla, en la/el co-protagonista de la nueva versión de Blancanieves. Pues eso, aprovechando el dejo también gachupín que me cargo y que me invade al ratito de andar entre ellos, quedé designada como el amante príncipe de la Blanquis... y ni como escaparse . No de ellas, de ese grupo de chicas Xipal que me aceptó desde el principio, sino del pánico escénico, incluido baile final con rola de Robbie Williams.

La obra fue un éxito -como siempre había sido, debo aclarar. El personal adulto aceptaba los dobles sentidos, las babosadas y los 'efectos especiales', y el público infantil adoraba lo que entendía, oséase los pequeños la visión de disfraces y demás parafernalia (ah, mi brioso corcel, compuesto por un patín del diablo con una cabeza caballuna de tela), y los mayorcitos festejando todas las barbaridades y gazapos que soltábamos. Me gané el premio de sentirme a gusto, desinhibida y acoplada. Sobre todo me gané una banda de amigas alucinante.

No, no son un grupo de madres alocadas que se aburren y andan viendo qué pueden hacer; ni un grupo de madres que andan viendo qué pueden hacer y se vuelven alocadas; fue sencillamente que un gran sentido del humor y del compañerismo aterrizó y las unió a todas, y yo entré en él con total sencillez, sin adornos de ningún tipo. Había confianza para hablar de todo, siempre había tiempo para hacer algo por alguien. Y el permiso del colegio para hacer las burradas anuales que servían, además, como desahogo para muchas otras cosas. Y aunque siguieron haciendo casting, año tras año, y nuevos rostros aparecían en escena, ese grupo exclusivo, ese petite comité, convocaba los mejores desayunos, las mejores fiestas de cumpleaños, ¡hasta el baby shower de mi hermanita!, y por supuesto, las mejores obras. Porque nunca nadie, en los anales de la historia del teatro en México, podrá superar el éxito rotundo, absoluto, total, inenarrable e inolvidable de Shrek y ese increíble elenco, adaptación libre y desmadrosa de la guionista oficial -y estelar de la obra-; o de la madre de todas las Galletas; del lord más vanidoso; del burro más alburero y divertido; de un Robin Hood que entraba en escena con una vuelta de carro ¡alucinante! seguida de sus secuaces; una Bella tan Bellita que, además, ponía la coreografía para el GRAN baile final, ese año con la música original; del vestuario tan cuidado y detallado, cortesía de las hábiles manos de otra gran eximia y permanente actriz/mamá; ah, de los efectos de sonido, producción sin par del más grande músico que ha habido por la colonia -sí, pues: mi hermanito-. ¡Y las misses! Conchita, Marité, Miss Claudia y todas las demás, nada hubiera salido tan sensacional sin su apoyo. ¿Total de representaciones? Creo que cuatro -cuando normalmente sólo era una, quizá dos-. ¿Premios recibidos? Todos, empezando por los alumnos más pequeños hasta aquellos viejitos del asilo donde fuimos a dar la función. Y aplicando los mismos principios, desfilaron cada año, para los niños pero, sinceramente, para nosotras, la escuelita del Chavo, la Era del Hielo, Toy Story, Lilo y Stich... memorables momentos de la escena, sí que sí. ¿Alguien que los suba a Youtube?

Sobre todo las risas ¡los inacabables ensayos!, los albures, los atrezzos, las noticias, ¡la asaltaron cuando fue por las coca colas!; el salón donde nos transformábamos... la gran comida de festejo final, si hasta diploma nos dio la escuela. Porque se pintaban solas para hacer que cada evento fuera especial, siempre. Y lo digo fuerte y claro: ¡las mías fueron las mejores! Con la pena... pero entre que eran comidas y no desayunos (yo ya trabajaba), que siempre estaban todas... Los bazares navideños; las misas de Día de la Madre; las mudanzas, el juego de las preguntas...¡el mejor fin de semana de pura vieja en Tequisquiapan, alucinante! Insisto: he sido afortunada. Ellas, desde luego, siempre han estado al pie del cañón.

Hoy sólo quería que constara en actas. Somos unas chicas Xipal y aunque los chamacos ya anden semi preparatorianos, siempre lo seremos. Miri, Lord, Galle, Gaby, Martita, Tere, Bella, Laura Mc, Moni, Emi, Blancanieves, Susi ¡salud con un gran tequila!

jueves, 6 de mayo de 2010

ora de madres

¿Creen que nunca sé cuándo es el día de la madre en este honorable país de paellas y tiendas cerradas de 2 a 5? Pos no. Este año cayó -o lo hicieron caer- el domingo 2 de mayo, fecha insigne porque además concurría con el inicio de la guerra de independencia de España (contra los franceses, por cierto). Y como no se comparte el mismo espíritu que allá, osease, saque usté a su madrecita linda a comer a la calle o festival en el colegio, pues nada, el mayor intento es en realidad el de comprarle algo... sí, sí, preferentemente en el Corte Inglés. O de perdis en los chinos.

Este año de gracia, mis cuñados Antonio y Margarita nos requirieron a tomar una especie de merienda-hors d'oeuvres en la casa que tienen y que no ocupan, y que coincidentalmente está situada justo abajito de la mía. Ellos tienen cinco hijos -mis sobrinos políticos-, cada uno con su pareja -¿son algo mío?- y cada uno algunos hijos, mmmh, 7 en total hasta ahora -mis ¿sobrinos-nietos políticos? Cielos-. Pues eso, 6 y media de la tarde y abajo vamos los adultos, que la hija adolescente ya pasa de esos compromisos y había quedado con su búlgaro novio. El caso es que no tengo la menor idea de cómo será en otras casas, con otras familias, pero aquí en la Quesada del actual patriarca se sirve bien, y mucho, y todo el tiempo, y de todo. Como les conté de la navidad. Tienes que aparecer preferentemente en ayuno de varios días, porque no hay modo humano de zamparte siquiera un poquito de todo sin sentir que darás el botonazo al pobre vecino que te toque al lado.

Todo en desechables, cosa que me alegra porque me hace sentir más como allá; pero ciertamente que te tienes que poner el plato en las rodillas, y la servilleta, of course, porque no hay un hueco libre ante la cantidad de viandas que ponen... sólo para merendar. A ver: un plato hasta arriba con almendras, otros con papas fritas, otro más con doritos “picantes” (jajajajaJAJAJA) para servidora sobre todo; con jamón serrano; con cintas de lomo adobado (el adobo aquí es un polvo rojizo con sabor a especias); con salchichón; chorizo; varios con sándwiches comprados en un sitio especialista (Rodilla, franquicia por todo el país) de cangrejo, ensalada rusa, pollo, y queso Filadelfia a las finas hierbas con jamón -del que nosotros comemos, aquí le dicen de York-; otros más con chismes de esos que les encantan a los niños, tipo Cheetos; sardinitas en vinagre y otros moluscos de aspecto, como diría yo ¿baboso? ¿impresentable? y que todos se zampan con un gusto que no veas; botellas de vino, latas de cerveza y refrescos, sobre todo light y sin cafeína -¡la coca más rica del reino, sí!-; sin música, sin tele, con los niños afuera correteando porque el tiempo ya lo permite, y hablando de todo lo que se nos pueda ocurrir. Porque luego vienen los postres, qué dijeron, ¿ya se acabó? oh, no. Preparan café, infusiones (té, amigos y vecinos, aquí las infusiones son manzanilla, hierbabuena etcétera, y el té es eso: hojas de té) y bandejas de dulces maravillosos, ideales para que los diabéticos nos jalemos los pelos... pero sí lo probemos un poquito... y más vino, más refresco, más cerveza.

Y cuando el patriarca así lo indica, se acaba el jolgorio, que hay que volver a sus respectivos hogares. ¿La hora? Antes que anochezca, que no le gusta manejar de noche. Todo el mundo a recoger, besos, abrazos y ala, a su casa. Pero la retroalimentación fue interesante, que siempre lo es, sobre todo porque poco se menciona que se está ahí por el día de la madre, pues la matriarca da vueltas como trompo de un lado al otro sirviendo, recogiendo, rellenando; las hijas que también son madres ídem, y la visita, que soy yo... pues nada, ayudando lo poco que puede, pero más bien tragando y chacoteando. Mañana, todos visitarán a sus madres políticas y santas pascuas, a esperar el siguiente evento.
Yo no me acuerdo del día de la madre en el antes de mi vida, excepto porque en la escuela de las monjas siempre se preparaba el regalo más esmerado y coqueto para ella; seguramente nos íbamos a casa de la inmensa abue Lupe, o nos quedábamos en casa. Que yo recuerde, no era esa locura de atreverse a ir a comer por ahí, a dejar el sueldo del mes y luego volver a casa a hacer... nada. Y como luego ya no hubo más tal día, pues pasó a convertirse en una especie de ejercicio mental el pensar, simplemente, que igual ni había clases, o que se salía a medio día del trabajo; que no teniendo sustituta, madre postiza o putativa, era sólo un día más en general, pero menos laborable, como el 12 de diciembre ¡Y huye de los restaurantes!

Luego yo me volví madre. Y mientras mi hija no podía pedirme -o sacarme- dinero para comprar mi regalo, mi insuperable charro pasaba directamente a no enterarse, de manera que también es un día bastante común, eso sí, algunos años ha, hasta que servidora le recordaba al susodicho individuo que él sí tenía madre, que ya podía ir siquiera llamándole para saludarla. Pero nada de comidas, ni fuera ni en casa. De modo que nunca me cayó bien el veinte de cuándo cae la fecha (es un poco Semana Santa, nunca es fecha exacta), más que cuando ya ni tiempo había de hacer algo.

Y ni darle muchas vueltas al asunto: me convertí en madre cuando mi ciclo de sueño cambió, primero durmiendo a cuentagotas y luego con ese sueño ligero que te permite oír una hoja caer en el cuarto de al lado; porque mi depresión postparto se basaba fundamentalmente en el convencimiento total de que lo haría fatal, y oye, para depresión parece como que duró bastantito ¿no?; porque no tenía la menor idea de lo que me esperaba, y nada se ha parecido ni se parecerá jamás a lo que he vivido desde entonces, ni en el trabajo, ni en mi casa, ni en mi persona. Es una mezcla de inseguridad y terror tan grandes, tan indescriptibles, que seguramente no debe haber nada con qué compararlo. Porque crees que lo sabes todo y no sabes nada de nada; porque no sabes nada y tiene que parecer que lo sabes todo; es un trabajo, una obligación y un gusto; un oficio, una temeridad y una aventura alucinante; un plan sin plan, un sueño con sueños (pero sin dormir mucho, repito); un modo de vida.

Y no muy diferente a todas las demás madres, creo yo. Por eso cuando me hija me reprocha que no le digo nada cuando limpia, yo sólo le pregunto: '¿qué, quieres aplausos, es tu día o qué?'. Y eso mismo me digo: ¡a mí nadie me aplaude si quito el polvo! (que si no lo hago, por cierto, podría sepultarnos. Aquí hay alergia, pero a quitarlo). Y el caso es que también lo hacía -cuando lo hacía- y ni siquiera era madre. Así que no hay diferencia.

Dos besos para mí. ¡Y mañana de compras, qué chingaos!

martes, 4 de mayo de 2010

La tele de todos - en los setentas

La tele de todos. Parte 2
Reconociendo que no tengo ni la más vaga idea de si veía series en el momento justo de su emisión o un rato después de estrenadas jueras, el caso es que inicié la siguiente década dedicando, a partes iguales, mi devoción a la música y a la televisión.

Mientras mi santoral crecía, se iban agregando uno que otro programa musical: me sentaba con mi apá a ver a San Tom Jones y su show en vivo, bien tarde por cierto; a saber si lo era (en vivo, no Tom Jones), pero los brassieres que le lanzaban las damas y las no tanto ¡siempre me dejó impactada! Ay, la ingenuidad. No me perdía La Familia Partridge, muerta de envidia por la Susan Dey tan cerquita de San David Cassidy... ni a San Davy Jones, alias el mini-Monkee. Y el Show de Donny y Marie ¡of course, my horse! y... cielos, todo esto más Los Archies como que suena a una selección más bien pirada. Que no: cultura, chatos, aunque sea por esta insigne ocasión.

Y a más cosas, como decía mi suegra. Lo mío ya eran las series, mi abanico de opciones fantaseaba por igual con rubios y morenos, jóvenes y no tanto, vestidos y no tanto (ya se acordarán, lo sé). No me alcanzaba a entristecer por lo poco que a algunas las veía (ergo, la serie salía del aire) porque más rápido que en chinga quedaba sustituida por otra que inmediata-mismo se convertía en mi consen, como El Planeta de los Simios (sí, la serie: ¡cómo me gustaba el moreno y qué poquitos capítulos!). Y siempre lamentaré que OVNI durara tan poco, y que el Coronel Foster se ligara a todas pero no diera tantos besos -que me alimentaban sueños ¡por semanas!-, uy, y los trajes plateados de las selenitas, enseñando mucha pierna y breve cintura, ¡yo ni sabía que las pelucas eran moradas!! (¿se acuerdan: tele, blanco y negro?).

Así las cosas, ni Remi, Heidi, Candy Candy o de monstruos, gracias por participar. Para mí eran las series policíacas, de detectives, equipos de salvamento, motoristas y demás bípedos soberanamente guapos para el gusto de servidora en aquellas latitudes y longitudes y otros.... bueno, más bien poco agraciados pero con tramas apasionantes, eso sí, muchas pistolitas pero pocos apapachos en casi todos los casos, qué le vamos a hacer. Y... lo siento, no hay mucho orden cronológico en ellas porque las escribo a la velocidad que las recuerdo: a mi vida (y mi santoral, no olvidéis) llegaron San Illya Kuriakin, San Danny (o James McArthur, para los que no den); San Steve Austin, San Steve Keller, ¡San Gonzo Gates!; San Ken “Hutch” Hutchinson; amén de esos programas de los más bien feítos, desde

¿Qué cosa? ¿Cómo que quiénes son? ¡Charros! Ash: de El Hombre de Cipol, Hawaii 5-0, El hombre nuclear (ya sé que esa sí la sabían, pero si no la digo se me va el avión); Las Calles de San Francisco; Hombres de Blanco ¡rey durante meses!; Starsky y Hutch.

sigo: San Bill Bixby (tks S.B., que me recordaste la única que no puse de la otra década) es que me gustaba mucho más en El Mago y un mucho menos en Hulk; y como iba diciendo, amén de esos programas de los más bien feítos, desde Los Vengadores, pasando por Ironside, Cannon o El FBI; (veía Kung-Fu nada más porque le latía mucho a mi apá; yo prefería las repeticiones de Los Intocables, cómo no...); bueno, hasta las mujeres en papeles estelares: La Mujer policía y La mujer biónica (flaca y ni tan buena rubia que se besuqueaba al nuclear, grrr).

Rápido, rápido: ¡La Trilogía Policíaca! ¿Alguien recuerda, voto a dios, que no eran tres sino cuatro los programas que la componían? McCloud, Banacek, McMillan y esposa y Colombo, ¿así o más bizarro?; Kojak y sus paletitas; Quincy, Kolchak (el de lo paranomal); ¡San Serpico! ¡qué guapo era!; Barnaby Jones -sobre todo su sobrino, J.R.-, CHIPS; SWATT... Además de las de moquear ¿a que sí? Este... La Casa en la Pradera o La Isla de la Fantasía, por decir un par... ¡que yo sí lloraba! Y como dijo Bowie: “We can be heroes, just-for-one-day...”, desde el primer capítulo de Los Ángeles de Charlie...

En el apartado de menos devoción están, con la pena que entre muchos, Los Duques de Hazzard, El Crucero del Amor, El Doctor Kildare, La Mujer Maravilla, Baretta, Fama o Los Hart Investigadores -aunque sí le hubiera hecho el favor a San Robert Wagner-.

Y aunque mis biógrafos se tiren de los pelos, en esa nueva década reconozco que entre el 2 y el 5 estaba el monopolio, siendo en la primera Los Polivoces reyes absolutos, “qué nos acaece, Laurenz” by Doña Paz; Pasiflorino y Acelerino, el Washanwear haciéndole a la niña del “Exorcista”o Andobas y Don Teofilito; Ensalada de locos, con ese huevazo ¡épico!; El Show del Loco Valdés al mediodía y luego a la medianoche y su bailecito final - saben qué canción era ¿a que sí?-; El Chavo del Ocho (¿o ya no?); más toda la interminable, infinita e imposible de enlistar cantidad de programas cómicos y de concursos que sí, reconozco aquí y ahora que veía: Hogar Dulce Hogar ( por ¡Juana R. de González!); los Beverly de Peralvillo -de ahí salió el Tata ¿no?, que quería su cocooool-; la única y maravillosa Carabina de Ambrosio, con las caderas imposibles de Gina “denankius” Montes y la pájara Peggy, chicos y chicas del club de fans; La Cosquilla y luego Sábado Loco, Loco ¡buenísimos!, el Show de Luis de Alba, dos-dos. ¿Un mundo nos vigila? ¿Fue en los setenta? Mmm, creo que no... Las noticias oficiales y oficiosas en “24 Horas, con Jacobo Zabludovsky”. De plano, los canales 4, 8-9, 11 y 13 eran pura fantochada para mí...

No me enganché, adiós y gracias, de Mi Secretaria, el Circo de Capulina, la Chicharra, Juan Pirulero y después Sube Pelayo Sube, el Show del Comanche; los de Paco Malgesto, ni cuanti menos de Cepillín ¡lagarto, lagarto! Además, ironías de la vida, todo lo que evité ver Siempre en Domingo me lo tuve que tragar años después, cuando tenía incluso que pasarme el día tras bastidores. Y reconozco, mea culpa, que era difícil no sustraerse a... en fin, pues que también veía a Rina, la jorobadiux. ¡Telenovelas, sí, telenovelas, y qué y qué! ¡Muchas, además! Pasé de Ofelia Medina a Angélica María y a Verónica Castro, por ejemplo, a través de la tal Rina, y Lucía Sombra, y El Milagro de Vivir y Yesenia, El amor tiene cara de mujer, Ana del Aire, Muchacha italiana viene a casarse, y Yara, Los Ricos también lloran, Barata de Primavera, La Maldición de la Blonda... que enfocaban una vela que se consumía hasta lo último para representar a la pareja echándose el revolcón de sus vidas, qué morbo... hasta Mundo de Juguete, qué chihuahuas. Pero eso sí, nada de Lucía Méndez, una tenía su dignidad.

Para ese tiempo, además, ya veíamos las películas (esas sí en b/n) de Santo contra vampiros, lobas y demás especímenes; Borolas y los ¿monstruos?; German Robles y su Conde Lavud; y por supuesto, los sábados por la tarde en el 2, todas las películas de Pedrito y Jorgito. Esas horas me hicieron fan de “El Día de la boda”, “Modisto de señoras” o “El Rey del Barrio”, además de muchas del tipo y tiempo de “María Candelaria”.

Era obligatorio ver el “Miss México” y luego el “Miss Universo”, horario y canal estelares. Surgió Raúl Ramírez y pude seguir su carrera, mientras Von Rossum ruled con esas narraciones únicas de los partidos del lunes por la noche...

Y ya 'stuvo por ahora; algo me dice que no es ni la mitad... Lo dejo aquí porque, mejor... pero me pregunto qué pasaría si consultara en Internet...

La tele de todos - aquellos sesentas

Primera parte

El caso es que aunque me saca de quicio que mi 'aborrecente' primogénita viva por y para las redes sociales, ya mirándolo con frialdad resulta que sólo sigue los pasos naturales que a todos nos tocó hacer en su momento, nada que no se cure con la edad: yo soy hija de la televisión, y si me pongo a pensar en lo que éso debió provocar en mis dos veces H. progenitores...

Nosotros (osease mis hermanos, servidora, y en general toda la clase media-a-medias y de ahí pa'bajo del México de los sesentas) no teníamos video ni forma de grabar nada que saliera en televisión cuando éramos niños; nos llevaban a ver las de Disney al cine y párale de contar. Lo nuestro era la tele. Y aunque igual hubo otros antes, el aparato que recuerdo era pequeño, de color blanco y de transistores. Por supuesto, amigos y vecinos, en blanco y negro, y con una pantalla de.... de.... muy poquitas pulgadas. Pero era ¡graaaaande! Y las maravillas salían de esa caja mágica... que aún existe, no sé si funciona, pero está en propiedad exclusiva de mi hermano.

Algo así la imagen: niña tirada en el suelo a medio metro de la pantalla, disfrutando de caricaturas con música y canciones extraordinarias, sin tener la menor idea de quién era Eddie Cantor, por ejemplo. Aparte de las de Porky, Silvestre, Lucas o Piolín, el Correcaminos, (un breve apunte cultural: “alatusinga”, hermanos). Maravillas como “Flor de Nochebuena” en la noche del 24 por Canal 5 ¿se acuerdan de “De cómo Odeon quiso robarse la Navidad”? ¡La repetían todos los años! ¡Qué Grinch ni qué leches!

Las caricaturas eran de seres hermosos y valientes como Meteoro, He-Man o Astroboy; poderosos como El Hombre de Acero, Sha-Zam y Los Superamigos; o surrealistas y divertidas como Los autos locos o la Pantera Rosa con ese inicio ¡soberbio! del coche deportivo y el tema musical;

interrumpo mi divagación: ¿alguien sabe si los muñequitos narizones y de cuerpo raro que le acompañan y le sufren tienen nombre? Aunque no es un tema que me quite el sueño, sí me gustaría saberlo

perdón, sigo: “¿adónde, adónde, adónde andará/mi gran superhéroe/mi gran Supercán?”; Kimba, el león blanco de la selva ¡de mis más favoritos! Tiro Loco MacGrow, Los Picapiedra y Don Gato ¡por favor! ¡Cómo se reía la Jesops de mi imitación de Cucho! La Tonta Bruja, los Osos Mañosos (y las de la familia de osos, el padre chaparro, la madre babas y el hijo inmeeenso y bien meeenso); Canuto y Canito; Leoncio el León y la Hiena Tristón; La Tortuga D'artagnan, Pepe-Pótamo... Ah, los pluriempleados Thunderbirds y los Archies, que, parafraseando a mi apá, comían aparte... y que siempre veía con Mago Aguilera.

No, no era (ni soy) fan de Manotas, Mr. Magoo, el alce ése y la ardilla voladora cuyos nombres ni siquiera recuerdo; ni de Birdman y el Trío Galaxia,o Yogi, Huckleberry Hound, la Hormiga Atómica, el Inspector Ardilla o los Supersónicos; Maguila Gorila, Pixie y Dixie; Popeye (puaj, para nada); ...ay,ay, Rockie y Bullwinkle ¡me acordé, me acordé!; Scooby Doo y montones más. Pero les conozco, sé que estaban ahí.

Y es que por ese mismo entonces descubrí las series, que entre Japoneses y gringos ponían la imaginación a mil: éramos (él y yo) Los Agentes Fantasma, yo vivía en el Gran Chaparral, era la hija de Daktari, la dama liberada por El Llanero Solitario o ya de perdis por El Zorro; el ligue de Batman o Robin, daba igual; ¡mega fan de Chibigón! (y sí, soñaba con poder usar esas mini-falditas de Cometa); Ron Ely, el Tarzán más hermoso; no me perdía un capítulo de Ultraman, y luego salió Ultra Q y Ultra Seven ¿a que sí?.... Y esa serie de una familia, todos melenudos, madre, padre e hijo, se convertían en cohetes para salvar al mundo ¿como era? ¿Defensores de la tierra? ¿Monstruos del Espacio? ¡Premio al que le atine! Más las series animaleras: que si Flipper, que si Lassie, que si Skippy, Mister Ed, Mi oso y yo, Rin Tin Tin, Maya... más bien melosas, como contraparte de monstruos, tiempos pasados y amenazas para la humanidad. Yo sólo seguía a la elefanta y al delfín, los otros no se me antojaban... ¿sería porque un protagonista me parecía el más guapetón en su momento? Váyase usted a saber.

Um, ¿Y como era la luchita de la televisión mexicana? ¿Habían dibujos de producción propia? Sepa, mea culpa, pero los conductores de las barras infantiles eran la neta del planeta, a ver: que levante la mano quien recuerda a Pepita Gomiz detrás de una raqueta saludando al personal con nombre y apellido; o al Tío Gamboín, sus juguetes ¡y sus fanfarrias! -no, yo nunca fui su sobrina: una cosa era verlo y otra muy diferente ser su pariente: el hombre me daba como repeluz-; ¿y la Calaca Tilica y Flaca? ¿no cantaban su canción? ¿Quién se acuerda del nombre del conductor? ¡Sí! ¡Jorge Gutiérrez Zamora, bravo! Y el otro, Moreno, pero no Rogelio, el otro ¿cómo se llamaba?... y Topo Gigio con Raúl Astor ¡pues claro que sí! Eso sí, diré que todos los domingos veíamos a Cachirulo en casa de mi abue Lupe. Y donde mis otros abues era El Club del Hogar, al mediodía, aunque con mucha pena nada más me acuerdo de Don Daniel, el genial Madaleno y la Vilma Traca... ya me pueden ir diciendo de los demás, please...

Y ustedes me van a perdonar bastante, pero el caso es que aunque las series iniciaban en plenos sesentas, yo no recuerdo si llegaban con la misma celeridad a mi televisión en la Santa María la Ribera o la Lindavista, además de iniciando mi archi-recontra-conocido y exclusivo santoral: aquel Superman de carne y hueso -que por cierto se apellidaba Reeves y salía dando un brinco por las ventanas, que nunca estaban cerradas, alabada sea la kryptonita-, que aunque la serie es de los cincuentas, digamos que en México parecía novedad diez años después; Viaje al Fondo del mar -¿alguien no fantaseó con el Seaview?-; ¡o el Enterprise! -gulp, a mí me gustaba el Dr. McCoy...- aah, Misión Imposible con Peter Graves; El Santo y San Roger Moore; ¡Combate, que nunca salían mujeres! Y desmiéntanme: ¿alguien más guapo que San Tony Phillips? Que sí, Tony Phillips... porque Doug Newman no le llegaba ni a la suela de sus -uy- altísimos tacones. ¿No? El Túnel del Tiempo, niños y niñas... en seria competencia con el Mayor San Don West de Perdidos en el Espacio; Tierra de Gigantes (¡chocolate!), Espías con espuelas y San Jim West; San Van Williams ('pérenme, voy a suspirar dos veces), ¿cómo que quién? ¡El Avispón verde!; Los Invasores (dedo meñique en alto, por favor!); La Dimensión desconocida con Rod Sterling o San Custer, siempre partiéndole la mandarina en gajos a Caballo Loco. Por eso las caricaturas pasaron entonces a un discreto segundo plano: Los Munster, Los Locos Addams, Hechizada, Mi bella genio, Maxwell Smart o los Beverly Ricos, y las anteriores y subsecuentes maravillas cómico-trágico-dramáticas-divertidas ya habían aterrizado para mí.

Es que te vuelves ecléctico, igual sin darte cuenta. Cortesía de las abuelas, tías, las casas de los amigos donde te metías siempre que podías, la escuela, la lista podría ser eterna. El caso es que las series cómicas mexicanas también entraron, mas nunca al santoral, -eso sí, favor de recordar que, aunque ya fueran en color, en mi casa se seguían viendo bicolores-: El Show de Silvia y Enrique (los que se acuerden, se acordarán de mi memorable -y supongo que patética- imitación de Bartolo Taras); La Criada bien criada; El gran Premio de los 64 mil pesos; Chucherías... y -gulp- una que otra telenovela, pos sí, qué esperaban. Por aaaaños (bueno, quizá no tanto) aluciné en panavision esa escena final de Corazón salvaje, ese beso entre Julissa y Enrique Lizalde, que más que beso parecía un intercambio médico-obligatorio de saliva al por mayor ¡era increíble para la época, para mi edad, por las patas de mi cama! ¡Qué ganas de ser mayor a ver si de verdad se besaba así! Tened clemencia de mí, por fa.

Y no, sorry, nada de La Isla de Gilligan, La Ley del Revólver, Espías en Conflicto, Daniel Boone. Ya eran finales de los sesentas, principios de los setentas, todo iba a dar un giro de 360 grados.... eh, no, de 180 grados... de ¿90? Charros, de muchos, pues. ¿Alguien se imaginaba que yo vería a Patrick McNee y Los Vengadores en canal 5 y luego le pasaría al 8 para ver El Chavo del Ocho o a Viruta y Capulina? Yo, primero muerta que reconocerlo... y por eso


Vamos a cambiar de década como debe ser, con poquito desorden. Fin de la primera parte.

(Así, si se cayeron de la flojera leyéndolo, cuando reciban la segunda parte ya saben de que va y lo pueden mandar derechito y sin escalas a volar ¿zas?)

Y sí, esto es especial para Juancho el Lagarto y Saquito, con todo mi amor.

sábado, 1 de mayo de 2010

Chamacos

¿Niños? ¡Todos!
Aquí no se celebra el día del niño, igual es que no se les ha ocurrido todavía. Habida cuenta de la cantidad de cosas que festejan en estos lares es hasta comprensible que hayan llegado a la conclusión de que a los niños, para que no haya pierde, pues que se les festeje todo el año y qué carambas; los niños españoles tienen algo de decididos, implacables, malcriados, poco tolerantes, difíciles de complacer, crueles, imprudentes, osados, temerarios caprichosos, volubles, arbitrarios, superficiales... que se compagina, en bien distintos niveles, con singulares capacidades de bondad, decisión, justicia, tolerancia, comprensión, valor, pureza, verdad, sensibilidad, humanidad, timidez... y que se complementa con ansia de aventura, curiosidad, autonomía, modestia y fe ciega. Vamos, igual que los de allá.
Hubo un tiempo en este país de mantilla y botellón (traducción instantánea por cortesía de Academias Pato, ya saben: mantilla en la cabeza, tradición española de toda la vida; botellón en la calle, con los amigos y a morir, tradición española de los últimos últimos años), hubieron algunos barrios en donde con la pena las escuelas cerraban, única y exclusivamente por la falta de alumnos -que por lo visto problema de maestros no hay, ni ha habido-. Yo lo vi, allá en los noventas. España iba a la cola en reproducción de criaturas, y los que aprobábamos la materia lo hacíamos por los pelos, a saber, 1,4 niños por familia -que lo del punto cuatro jamás me ha quedado claro: mi hija nació con 20 dedos, dos ojos y todo lo demás en su sitio, de modo que no sé por dónde me aplica lo de la cuarta parte de otro.
Sigo, pues. La mayoría de mujeres en situación de convertirse en madres de siquiera uno era directamente proporcional a la posibilidad de, primero, encontrar casa dónde vivir y salirse de una puñetera vez de casa de los padres y, segundo, de que el trabajo mejorara en todos los aspectos. Así que, o se quedaban con uno o empezaban más bien tarde, que había que trabajar para pagar la hipoteca, y había que trabajar para no perder el trabajo. Pero luego vino un boom inmobiliario, con lo cual, manque fuera en casa del carajo, los jóvenes apechugaban y se iban a vivir a la periferia, y entonces empezaron a necesitar escuelas... y con ello montones de adolescentes niñeras más actividades extra escolares a punta pala, porque cómo le hacemos con los chamacos hasta que volvamos del 'curro' -chamba-.
Que muchos abuelos hacen el paro, ni duda cabe; pero sería interesante enterarse del dato más exacto, porque la sensación a primera vista (que me ha acompañado,por cierto, casi desde que aterricé aquí) es que este es un país de cabecitas blancas donde más bien ellos son los que andan ocupando.
Mi hija vivió aquí sus primeros años de vida. La llevábamos a una guardería privada cerca de casa, y a los 4 años salía directa y sin escalas al colegio público, donde pasó dos años de preescolar jugando y pasándoselo bien, preparándose supongo para la llegada estelar a primero de primaria en donde -como de hecho pasó en mi generación, fíjate tú- empezaría a aprender a leer y a escribir.
Con el resultado que ya todas vuestras mercedes saben, y si no les reporto ahora mismo: cuando retornamos a Mexicalpan de las tunas, mi niña no tenía ni el polvo de la orilla de la suela de los zapatos en cuanto a conocimientos que cualquier alumno de primero de primaria mexicano. Ni sumaba, ni restaba, ni multiplicaba o dividía; es más, tenía pocos meses que se había soltado a leer cosas simples, y escribía lo más elemental, alucinante. Y sin embargo, yo me sentí la afortunada de la historia: si tomamos en cuenta la cantidad de años que un alumno se pasará sentado en una silla frente a un profesor es inmensa, ¡inmensa! ¿por qué carambas hay que añadirle más? ¿para qué? ¿para que no se aburran? ¡para eso son los juegos! ¿para llenar su curiosidad y ansia de conocimiento? ¿rellenando cuadernos desde que pueden coger un lápiz? ¿eeeeh?
Da igual. Se adaptó y lo consiguió con buen éxito, pero ¿cuándo es que mis tiempos se convirtieron en 'otros tiempos'? Mi hija pasó de jugar en espacios cercados, con grandes extensiones de arena y coloridos juegos hechos de madera y sin casi riesgos, homologados por la UE, of course, a patios y/o jardines de casas en San Mateo; aprendió a jugar 'Stop', pero no a las escondidillas como nosotros, nada de 'un, dos, tres por mí y por todos mis compañeros', o al hoyo -con aquellas pelotas de goma ¡gloriosas!; ¿y el 'las traes'? Uno gritaba ¡mano! Y siempre salía un listo con el 'antipericutimano'... o cuando ya no podías correr más, se te salían los pulmones por las orejas y sólo podías decir entre jadeos 'pidos, pidos'... mi hija nada de eso... andábamos en patines metálicos, de ésos que se ajustaban con una llave especial, sin rodilleras, sin coderas, sin casco, igual que en la bici, por las patas de mi cama, ¡andábamos sin manos! Jugábamos, o hacíamos que jugábamos al fútbol, niños y niñas revueltos -ah, memorables partidos donde Griss se empeñaba en darle la bola al portero ¡y siempre metía autogol!-; ahora mismo, la verdad es que no tengo ni la más remota idea de a qué juegan los chamacos, eso si la videoconsola, la tele, ¡los estudios! les dejan tiempo.
Creo que jamás dejamos de ser niños, y cada vez que recordamos algún momento de esos, alguna ropa, sonido, un olor o un rostro, la fuerza del sentimiento es más que suficiente para hacernos revivir esos instantes como si hubieran pasado ayer mismo. Y nunca alcanzaremos a apreciar el valor que tiene todo eso que pudimos vivir. Siempre he creído que mientras tengamos la capacidad de asombrarnos por algo, es en realidad esa parte niña de cada uno la que se está expresando.
Surrealismo puro y duro. Nada más. Antes dábamos el salto antes de mirar adónde íbamos a caer, luego dejábamos de mirar -pero ya no nos caíamos, o no tanto-, y últimamente, bueno, nos volvemos a caer, pero básicamente porque andamos con la cabeza en babia, porque los reflejos ya no son lo que eran, o porque el miedo, si aparece, es que no nos den el tiempo suficiente de baja para poder -a lo mejor un rato- de verdad descansar de la vida loca que vivimos. No sé.